"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

pandora.

He querido compartir tantas cosas que ahora vuelven a ser sólo mías que ya no sé cómo cerrar la caja donde dormían. Y veo cómo se derraman por ella a decenas, desesperadas por abrazarse a cuerpos que no pueden tocar. Pero ya no sé cómo pararlas. Ya no sé cómo se frena.

Creo que de alguna manera, así se tuvo que sentir Pandora. Mientras Prometeo y su desaprobación se le clavaban en la nuca y la mirada dolida de Epimeteo le ponía los pelos de punta, con la risa hueca e incesante de Zeus resonando en un mundo ahora emborronado. Ella abalanzándose sobre la urna de la que escapaban todos los males, suplicando a lagrimones que todo parase y pudiera enmendar el error.

Y me la imagino rezándole a cualquier olímpico posible, implorando perdón por una raza que apenas por un momento había contemplado abrazarla. Preguntando a voz en grito que por qué había nacido con las manos manchadas de veneno.

1 comentario:

  1. Siempre vale la pena, siempre es necesario conservar algo que sólo recuerde a uno mismo. Siempre.

    ResponderEliminar

Puedes dejar algún suspiro que otro. Bueno, si quieres.