"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

raíces.

–¿Qué eres?

Ryan podía tocar a Lauren y aquello era un milagro. Podía tocarle las manos, los brazos, los hombros, el cuello y las mejillas, y la electricidad no amenazaba con dolerle.

A cada contacto la piel de Lauren se iluminaba, cálida, rojiza y brillante. Si los dedos de Ryan se olvidaban de soltarse, pequeñas líneas oscuras se marcaban en el cuerpo de Lauren, diminutos circuitos eléctricos que se sellaban en él; como raíces que pronto no harían más que florecer.

Lauren negó con la cabeza.

–No lo sé.

Sentados en el monte que asomaba al pueblo, Lauren hundió los dedos en la tierra. El suelo tembló con fuerza y tras unos instantes apartó la mano. Todo cesó, y Lauren se llevó la mano a la nariz, tragando saliva para evitar la bilis que le empezaba a arder en la garganta.

–No tengo ni idea de lo que somos, pero somos iguales.

Cuando Lauren sonrió a Ryan, las mejillas rojas por el sol hacían juego con el rastro de sangre en su nariz. 

2 comentarios:

  1. AY, ELITO, ELITO, deja de escribir tan bien, que me confundes.

    ♥♥

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  2. Ay. Ayayayay. Enorme.

    (como dicen los francófonos: fière. très fière.)

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