– Sí.
–respondió al fin, de forma seca y tajante, y volvió a emprender
el vuelo, alejándose de mí.
Me
limité a contemplarla, preguntándome si verla libre sería
suficiente para reprimir mi miedo al mundo, aunque tan solo fuera por
unos unos pocos segundos. Y sin pensarlo dos veces, salté.
El
aire se me astilló en el pecho al chocar contra el viento, y cerré
los ojos por instinto, batiendo rápido las alas en un intento
desesperado por estabilizarme. Aunque no lo hacía con regularidad,
sabía volar, pero la falta de costumbre –junto con mi pánico–
me paralizaba a veces.
Entre
movimientos torpes y aleteos retardados, avancé entre las ramas
desnudas que había dejado el invierno. Buscaba a Wendy, aunque con
mi lentitud ella quizá ya hubiese atravesado el bosque entero. Y sin
embargo, allí estaba, escondida entre los brazos escarchados de un
árbol.
–
Son preciosos. –murmuró Wendy
en cuanto me notó a su lado.
Bajo
la rama en la que nos encontrábamos, en el suelo, un par de niños
jugaban a esconderse tras algunos troncos, riendo y corriendo de un
lado para otro. No me gustó aquella escena.
–
¿Te parecen preciosos? –la
miré con interés y algo de duda. A mí los humanos me producían
escalofríos, al contrario que al resto; al contrario que a Wendy.
–
No me lo parecen, lo son. A esa
edad, los humanos sólo quieren divertirse de forma tonta e inocente.
Sólo quieren jugar. No quieren volver a casa.
–
Pero no es porque tengan miedo,
Wendy. –me dolía verla así, cuestionando sus temores.
–
Éso no lo sabemos ni tú ni yo.
Reconozco que no debería sentirme identificada con ellos, que
seguramente no tienen miedo a regresar a su hogar; que lo más
probable es que no se sientan frustrados allí... Pero la verdad es
que odio esas ramas intrincadas.
–
No tienes que explicarme nada.
Lo sé, lo he visto. Te he visto huir cada noche del nido. Te he
visto dormir abrigada por el frío y el viento, y me he arrepentido
mil veces de no haberte rodeado con mis alas. Pero verte huir de mí..
ha sido demasiado. No quiero que tengas más miedo.
Así comenzó.
'Te he visto dormir abrigada por el frío y el viento, y me he arrepentido mil veces de no haberte rodeado con mis alas. Pero verte huir de mí.. ha sido demasiado. No quiero que tengas más miedo.'
ResponderEliminar(esadorablemucho) Tanto que se me enconge el corazón.
Besos,
A.
(no tendrá más miedo,
ResponderEliminarno a su lado)
<3
El final, oh, esas frases del final son realmente preciosas
ResponderEliminarLib.
Qué preciosidad de final.
ResponderEliminar¿Volverá Wendy a huir? ¿O se quedará junto a él?
Un beso. :)