"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

el hambre invisible.

No sé hacer eso de escribir apenas treinta y tres palabras. De intentar hacerlo bien, buscar significados profundos o, en general, cualquier cosa que sirva y se considere decente. De lo que lees y dices “joder sí, era ésto lo que estaba buscando”. Digamos mejor que, aunque es un cliché, no es por ti si no por mí. Puede sonar a tontería y a excusa barata, pero mal me pese es la verdad. Nunca se me darán bien estas cosas, y lo mismo diré demasiado poco que, por mucho que te guste, hablaré de más; y el resultado seguirá siendo el mismo: que no haré nada como es debido, no dará el pego, ni será ninguna de esas cosas que llenen en extremo.

Pero sigo gastando tinta y rellenando un folio que seguramente después tiraré a la basura, mientras cada vez todo suena más a canción de Love of Lesbian, de las que son moviditas y suenan bien pero, en el fondo, y aunque nadie dice nada, duelen un poquito. El caso es que éso viene a ser también cosa mía, porque tú pediste una canción y no se me pudo ocurrir otra; y aunque no son treinta y tres palabras, son los cinco minutos que creo mejor describen todo esto, en extensión. Pero claro, no son mis letras, así que no cuenta demasiado.

De todas formas, y quitando canciones de por medio, no dije ninguna mentira cuando te prometí que no dejaría que me ganaran los monstruos. Porque no puedo permitir que el miedo absurdo me gane cada dos por tres ni que haya mil murallas que atravesar, por lo mismo que no puedo negar el que a ti te dé por estar ahí, que te ofrezcas a curarme un poquito. 

Que quiero cambiar de actitud. De verdad que sí. 

2 comentarios:

  1. Creo que adoro mucho esta entrada porque refleja bastante bien por lo que todos pasamos a veces, o así lo entiendo yo.

    (no dejes nunca de escribir,
    y mucho menos dejes que te ganen los monstruos)

    ResponderEliminar

Puedes dejar algún suspiro que otro. Bueno, si quieres.