Cada
día me acuerdo un poco más de ti, y últimamente no se me da bien
negarlo. En realidad, creo que nunca me esforcé demasiado en ello.
Ya sabes, esa afición absurda que tengo por las causas perdidas que
me llevan a mí misma al hundimiento; y el capitán debe morir con el
barco. (yo y mi afán de protagonismo hasta el último momento).
Tú
tan allí y yo tan aquí. Tú tan allí y yo tan aquí. Tú tan allí
y yo tan aquí... lo digo tres veces, es cuestión de asimilarlo.
Porque pesa más el muro que los kilómetros en medio, y yo ya no
estoy para escalar murallas, ni para golpear cemento con los pies o
rascarlo con las uñas. Que noviembre me sabe a frío y a calor del
tuyo, a beso robado que aspira a recompensa de tu cuerpo, y a resto
de cosas que no nos dijimos. Pero aún veo el hambre en tus ojos
entre la noche y las mantas, y me pregunto por qué coño no saciaste
el ansia, por
qué coño no me tomaste como si nada hubiese pasado, como si no
fueses a irte nunca, a dejarme tirada, a abandonar el barco. Que te
fuiste sin dejarme escuchar –por última vez– un orgasmo de los
tuyos, de esos que cuesta arrancar pero que sumerge hasta el más
puro de los cielos al escucharlo, al sentirlo, al ver vibrar tu
desnudo pecho cuando lo dejas escapar por tu garganta y se confunde,
casi inevitablemente, con el mío.
Se
me erizan los pelos de la nuca al recordar tus músculos tensos, y tu
mandíbula apretada, mientras me hundía en tus ojos que me miraban
con el más oscuro de los deseos. Penetrándome, moviendo las caderas
fuertemente, sin piedad. Y yo, pues yo fui una fiel estúpida a tus
caderas movientes incansables, a tu pelo alborotado, a las noches
eternas.
Cada
vez que lo recuerdo me obligo a decirme que tú tan allí y yo tan
aquí. Y es entonces cuando se me pasa el calentón, cuando las
mariposas se convierten en gusanos y no hago más que llamarte
capullo. Pero para mi desgracia, esa sensación de repudio hacia ti
se disuelve rápido, porque de los capullos salen las puñeteras
mariposas, incansables mariposas, como tus caderas.
Tus
malditas caderas, cómo no.
Elito
& Srta.While
--------------------------
Aquí
vengo con otra entrada conjunta con la de los andares franceses, la
bonita de While. Con un texto melancólico y calentito para
empezar un Noviembre bastante frío de momento (al menos por aquí).
Y... bueno, decir que lo de los Vis a vis me están
gustando, me están gustando mucho. Y como parece a la Señorita de
París más de lo mismo, seguramente dejaremos de cuando en cuando
más cosillas así. Y muy contenta que estoy por ello, vaya <3
Otra
cosita bonita que vengo a decir es que, para los que no se hayan
enterado todavía, tenemos un proyecto muy rico en vitaminas entre
manos. Y digo que si os gustan las tostadas (desayunos y meriendas de
los que dan gusto) os paséis por el link que aparece justo a la
derecha del blog. El que aparece como "¿Mantequilla y Sal?".
Ya diréis qué tal.
En
fin, no hay mucho más que decir. Que os paséis por el rincón de
las tostadas, y que me ha encantado el texto con While. Muy amor
todo.
Oh, si es que me encanta el dúo dinamita que hacemos, de verdad. Y cuando quieras repetimos (porque me encanta mucho, mucho, de verdad que sí <3)
ResponderEliminarun abrazo enorme
y encantada, como siempre.
Sois muy grandes, es precioso, me ponéis los pelos de punta.
ResponderEliminarMe hacéis gusanillo de hacer algo con vosotras^^
Un beso desde el hueco.
Pues este es buen comienzo para noviembre. Creo que me acostumbraré a vuestras entradas conjuntas, en las que he leído os sincronizáis muy bien :) La mezcla queda muy bonita ^^
ResponderEliminar¡Un beso!
¡ Hola !
ResponderEliminarQue bonito texto.. me ha encantado la descripción.. entre amor y pasión.. no hay nada como esa mezcla, es mágica y merece la pena vivir eso. Porque es fantástico.
¡ un saludo !
Ô, totalmente desgarrador y cargado de emoción. Tenéis un talento especial, ¿os lo habían dicho antes? Seguro que sí, nadie lo duda. Ojala y el viento me hubiera traído hasta aquí mucho mucho antes. ;D
ResponderEliminar¿puedo quearme?)
(abrazofuertefuerte:)
Una manera hermosa de describir la situación. Algo más allá que el superfluo: "Te amé, te odié, te sigo amando a ratos". La analogía de la mariposa y el capullo ha sido excelente.
ResponderEliminar