Un chillido agudo me hizo despertar de golpe, haciendo revolver con tal fuerza mi miedo que mi propio cuerpo se estremeció un instante. Se me erizaron las plumas y se me tensó el cuerpo, alerta, e intenté relajar la respiración; en apenas un segundo se me habían crispado los nervios. Notaba las rápidas pulsaciones en la cabeza, como si me estuviesen golpeando en un acto constante. Había sobrevivido a la caída, y de aquello quedaba el despertar de un desmayo, una fuerte jaqueca, y algunas briznas de hierva teñidas de mi propia sangre. Y aún con todo, estaba en condiciones.
De nuevo, aquel sonido me taladró los oídos, y busqué desesperado en todas direcciones. Y entonces lo vi. Dos enormes esferas doradas me observaban, desde lo alto de un árbol, casi ansiosas. Desaparecieron y reaparecieron en un segundo, como un relámpago que hizo estremecernos a mi miedo y a mí. Mi corazón comenzó a latir a un ritmo lento y sosegado, analizando la situación y conteniendo las ganas de reventar el silencio nocturno con nuestros chillidos. Los focos dorados volvieron a parpadear, cambiado de posición y dejando que la luz de la luna los iluminase por completo. Ahora ambos nos veíamos mutuamente. Estábamos en igualdad de condiciones; pero yo tenía todas las de perder.
Era un búho. Un búho gigantesco y gris nos acechaba. Un depredador hambriento que tanteaba la mejor forma de matarnos.
«Si los niños nos hubiesen llevado con Wendy, no estaríamos a punto de morir». «Callate». Era la primera vez que mi miedo se atrevía a hablar, y por suerte sería la última. Me estaba volviendo loco. Llevaba un día demasiado largo.
Vaya... no he acabado de entender el final..
ResponderEliminarPero si que tiene que dar miedo que te pase una cosa así.
la parte de ''si los niños nos hubieran llevado con wendy'' me recordó a peter pan hahahaha me encantó el texto^^
ResponderEliminarSaludos de la chica de los chicles, que espera que su miedo afronte un día a los búhos grises(:
Vaya búho más siniestro, de verdad. Me ha encantado la entrada, a ver si este depredador sacia ya su hambre.
ResponderEliminar¡Besitos!
(escalofrío)
ResponderEliminarEl párrafo final me encanta: cuando el miedo habla lo mejor que podemos hacer es hacerlo callar, o estamos perdidos.
besos
desde
lejos
de pArís
Ay, me encanta. Adoro como escribes, hermana de feelings (?)
ResponderEliminarAhora, hablando en serio: siempre me ha fascinado tu estilo a la hora de escribir y, sí, sigues sorprendiéndome (agradablemente).
<3
Posdata: Ña.
No. Ni se te ocurra.
ResponderEliminarA parte de eso, cada día me pierdo más con tu estilo. Es muy fluido y elegante y aj. Te detesto por ello.
A mí me encantan los búhos, pero creo que si tuviese que vérmelas cara a cara con este no podría dejar de temblar del miedo.
ResponderEliminarMe acabas de atravesar el corazón, el final es absolutamente perfecto.
ResponderEliminarUn beso.