Estoy releyéndote y veo
en cada letra y cada curva de la tinta
un sentimiento que quiero abrazar
y que si lo hago tengo miedo a que se escape entre las manos.
Pero tengo el pecho ardiendo
y el vientre tan cálido,
que el anhelo parece un hijo que se me agarra a las entrañas,
un deseo que me muerde suplicando pronunciarte.
ES SIMPLEMENTE PRECIOSO.
ResponderEliminar