el agujero negro que devora los insectos
y me insta a mirar hacia el abismo
hacia los ojos oscuros del miedo
y las manos púrpuras del odio
del veneno brillante en la piel
como cada mancha que me aparece en la carne
a modo de castigo (de todos los que no recibí
pero me salpican en las sienes
y me recuerdan que la estirpe
es un código roto que me chorrean por las manos)
Agradablemente intenso.
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