"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

CXV

Hubo un día que se me cayeron los dientes
y no eran de leche
sino de pena
de las flores que hace años vi con espinas
y luego entendí que todo
desde el veneno hasta el puño en alto
no era más que una armadura sucia
de la que yo veía el reflejo oscuro y opaco
de las batallas que no eran mías
y donde los monstruos habían alzado banderas.

Te quiero aunque me haya clavado cada uno de los puñales que te temblaban en las manos.

Te quiero aunque tuviese que limpiar nuestra sangre y me diese cuenta tarde de que todas las curas estaban equivocadas.


Te quiero aunque ya no sepa abrazarte como tú lo hacías cuando me acunabas y cantabas por ver si lograbas frenar el mal.

1 comentario:

Puedes dejar algún suspiro que otro. Bueno, si quieres.