while & elito

Contemplé su mirada fría, como la noche, y húmeda como el cielo de Madrid una tarde de Noviembre. Me mirabas bajo esa capucha azulada, con esos ojos del color del mar, y la sonrisa más demacrada que jamás había visto. El tabaco había creado desperfectos, pero las múltiples peleas en el barrio habían sido lo que te había hecho perder tanta belleza en tu reír enloquecido. Siempre me sorprendió tu carcajada de dureza y debilidad, de nicotina negra y droga blanca. Con la cabeza hacia atrás, y la mirada perdida en algún punto del cielo, sin mirar a nada, y queriendo ver todo.

Te vi vagabundear, más de una vez, completamente sola. Escuálida por el hambre y los malos hábitos, contoneabas tu delgado cuerpo con una suavidad abismal, como si en otra vida hubieses sido la mujer más rica y con más clase del mundo. Fue por eso por lo que decidí acercarme a ti esa noche, la noche en la que pasó todo. Cuando el frío calaba y el viento rajaba pieles.

Me llevé el cigarrillo a la boca y empapé mi lengua con la misma nicotina que atestaba tu cuerpo quebradizo. Y seguí con la mirada tus andares de gato abandonado, de alma rota escondida tras capas de cemento fino y corroído, mientras temblaba entero ante el gélido gesto en tus labios. Porque asustabas; porque cuanto más amplia tu sonrisa, más grande la brecha en tu armadura, y más acojonado yo.

–Boom –tus dedos en mi pecho, la perfecta boquilla de un arma ficticia–. ¿Qué haces aquí? Dijiste que nunca más. –y tu sonrisa cínica como la implacable bala que rompía mis murallas de coraje.


–Estás hecha una mierda.


–No gracias a ti.

Otra mueca en tu rostro, otra sonrisa estropeada que actuaba como un mazazo contra los pocos esquemas que me quedaban.

–Pues eso se acabó.


–Genial –la boca torcida, la mano inspeccionando con práctica mi bolsillo, la bolsa de aquel polvo pálido bailando entre tus dedos–. Yo también prefiero que seas tú quien me mate. Pero no debes fumar, estas cosas arrancan la vida –y el cigarrillo pasó con soltura de mi boca a la tuya, mientras el humo escapaba tenue entre mis labios–. ¿O no te acuerdas? No puedes morir por mierdas así, Miles. Tienes que ser mi buena obra, el rastro impoluto de mi destrozado historial. 

Srta.While (pArís) / Elito 

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Esta es de esas cosas tan gfdjkgjfs que se disfrutan escribiendo de parte a parte. Primero, porque es un texto conjunto -sísísísmuerodefelicidadmeencantanestascosas-, y segundo, porque es ni más ni menos que con While, la del rinconcito pArisino que corta la respiración.

Me podría acostumbrar a escribir más entradas conjuntas con esta mujer porque, While, te lo puedo asegurar, me regalas mucha inspiración. 

Ojalá haya más Vis a vis -nuevaetiquetajuasjuas<3-.