Mi
mano temblando en el picaporte
mientras
en mi pecho se arremolina la tormenta.
Con
el miedo enorme de ver frente al espejo
al
fantasma de tu ausencia.
Ni
un no te vayas ni un he vuelto;
tan
solo dejar la maleta en el suelo,
el
peso en mis hombros cayendo con ella,
la
mirada asustada de quien no sabe nada.
Y
nos ha bastado ver los ojos de la otra para rasgar la superficie.
Para
el abrazo más largo y el llanto más abrupto.
Para
los te quiero escurriendo a trompicones
y
olvidar todos los reproches.
Y
una noche acurrucadas madre e hija,
y
las sonrisas regaladas y sinceras,
y
los besos por el más mínimo gesto,
las manos agarradas como un ancla.
las manos agarradas como un ancla.
No es ni por asomo lo mejor que he escrito,
pero ayer lloré lo que no había llorado en toda mi vida,
y de alguna manera tenía que salir.
Gracias por los 90 seguidores.
Se agradece.
Mis más sinceros apoyos. Suerte. Un beso. Daphnie
ResponderEliminarBrutal. Me encanta, a pesar de que provenga de un momento tan difícil.
ResponderEliminarEspero que todo te vaya bien, señorita.
me dejaste sin palabras, es hermoso este texto, me encanto!!!!
ResponderEliminarUn saludo
Eres una monstrua tía!! Sí, así, a lo basto!
ResponderEliminarEs gracioso que yo te nomine a ti-ojalá arrastrase huracanes como lo haces tú-, pero aún así te dejo caer tu nominación para los Liebster Awards (unas nominaciones que tienen como único objetivo impulsar blogs), en mi blog encontrarás los detalles y unas preguntillas si te interesa.
ResponderEliminarAbrazos,
Le Murmure
eres de las personas que más echo de menos leer porque me produces algo parecido a cuando te late fuerte el corazón y no sabes ni el por qué.
ResponderEliminarcrêpes con Nutella