"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

la duda.

Desde hacía años, Lauren siempre recordaba el primer sexo oral, la primera vez que unas manos ajenas le tocaban, los dedos empapados en lubricante. Y recordaba venirse y jadear tras la tensión, el orgasmo escalando el pedestal del deseo y de la angustia. Pero con Ryan, el pedestal era ahora un trono donde ambos peleaban a mordiscos por la corona que yacía entre las piernas del otro. Con movimientos torpes, no eran más que un cúmulo de paredes rojizas que amenazaban constantemente con derrumbarse embestida a embestida.

–¿Qué diferencia hay entre follar y hacer el amor? –aunque Ryan no fumaba, tan solo le faltaba el cigarrillo que en las películas acompañaba al sexo. Tenía el cuerpo sudado y su pelo corto creaba pequeños rizos que le caían mojados sobre la frente.

–El sentimiento que se comparte, supongo.

–¿Y qué es lo que estamos haciendo?

Lauren no lo sabía. En su cabeza, las imágenes del verano se entremezclaban en un laberinto donde la duda penetraba y esperaba no perderse. En su estómago, ahora manchado, los nervios habían desaparecido, y tras ellos sólo quedaba la mano de Ryan haciendo círculos sobre el ombligo. En su pecho, la tormenta del verano continuaba, y las nubes danzaban a su alrededor clavando rayos como dardos venenosos que adormilaban y tranquilizaban el músculo.

–No lo sé.

Lauren se quedó mirando el pelo de Ryan. Le gustaba el sexo, le gustaban los rizos, le gustaba el sudor perlado en la piel de Ryan, el sabor de la sal en su boca, la carcajada cuando Lauren no era capaz de desvestirse por las prisas, la mirada de Ryan ante el atisbo del mar entre las montañas, la luz que nacía de ambos como una vela encendida en mitad de una iglesia abandonada.

Ryan sonrió, y la duda miró hacia atrás en el laberinto, arrepentida y asustada de no ser capaz de encontrar la salida y desaparecer para siempre.

–Yo tampoco lo sé.

3 comentarios:

  1. Es genial lo que has escrito, Elito. De verdad. A veces es necesario poner nombre a lo que hacemos, otras, hacerlo y ya está. Con eso basta, ya tendrá un nombre después.

    Un saludo. :)
    13.

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  2. Me ha encantado y a la vez me he podido identificar. A veces solo se trata de vivir aunque siempre quede la duda. Un abrazo^^

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  3. Dices que Lauren tiende a decir "no lo sé" y que eso le encaja perfectamente. También es la clase de criatura a la que todos plantean todas las preguntas, cuando él tiene sus propias preguntas, en silencio, dentro de su cabeza. Yo también soy de esas. De repente me identifico más aún con él, si cabe (y pobre).
    (Me quiero quedar a vivir en las tres últimas líneas, se puede ser más bonito. Pregunto)

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